Mientras el feto se desarrolla en el útero, el tejido que formará los testículos comienza a desarrollarse en el vientre, justo debajo de los riñones. Normalmente, mientras se desarrolla el feto los testículos descienden por un conducto inguinal hasta el escroto. El escroto es la bolsa que contiene los testículos. Si el testículo no desciende hasta el escroto, se llama testículo no descendido.
Los testículos no descendidos se dan en un 3% de los bebés que nacen a término. Son más comunes en bebés prematuros.
Un testículo no descendido puede dificultar que un hombre tenga hijos. La causa exacta de este problema de infertilidad no se conoce, pero se debe muy probablemente a una temperatura alta en el vientre, que afecta a la capacidad del testículo para producir esperma. No se sabe si el tratamiento antes de que el niño tenga 6 meses ayuda a mejorar la fertilidad cuando sea mayor.
Los niños que han tenido un testículo no descendido tienen un riesgo mayor de padecer hernias o problemas del tracto urinario. El riesgo de cáncer de testículos es mucho mayor en hombres que han tenido un testículo no descendido. El tratamiento de un testículo no descendido no reduce el riesgo de cáncer, pero permite una detección temprana mediante un reconocimiento físico.
Las causas son complejas y no son las mismas para todos los niños. Pueden deberse a problemas hormonales o del tejido en desarrollo. Un especialista en urología puede darle más información acerca de la causa del problema de su hijo.
En ocasiones, falta uno o los dos testículos. Esto puede producirse si hubo un problema con el riego sanguíneo del testículo durante el desarrollo del feto y el testículo no llegó a formarse nunca.
Su médico examinará a su hijo. Si el médico no puede notar ambos testículos en el escroto, su hijo tendrá que hacerse pruebas para encontrar el testículo que falta. Hay diferentes pruebas que se pueden realizar, como:
En ocasiones puede ser necesaria una intervención quirúrgica para encontrar el testículo no descendido si no se consigue con las otras pruebas. El procedimiento quirúrgico se llama laparoscopia. Usa un tubo iluminado con una cámara que atraviesa un corte cercano al ombligo para mirar dentro de la pelvis.
La mayoría de los testículos no descendidos continúan su descenso normal tras el parto y no necesitan tratamiento. Normalmente los testículos se han colocado ya en su sitio de forma natural cuando el bebé tiene 6 meses. Si tras los 6 primeros meses el testículo no ha descendido, es poco probable que lo haga por sí solo.
Si su bebé tiene más de 6 meses y tiene un testículo no descendido, su médico puede derivarle a un especialista llamado urólogo para que lo trate. Hay dos tipos de tratamiento que pueden ayudar a que el testículo se coloque en su posición natural en el escroto.
Su hijo debe ir a un urólogo tan pronto como se diagnostique el problema. El tratamiento precoz puede mejorar las posibilidades de que su hijo pueda producir esperma y tener hijos cuando sea adulto.