La influenza (gripe) es una infección vírica de la nariz, la garganta, la tráquea y los bronquios que ocurre cada invierno. Los principales síntomas son goteo nasal, dolor de garganta y tos molesta. Por lo general, hay más dolor muscular, dolor de cabeza, fiebre y escalofríos que con los resfriados.
La gripe es causada por los virus de la influenza. Los virus de la influenza cambian anualmente, esa es la causa por la que las personas pueden contraer gripe todos los años. El virus se propaga mediante estornudos, tos y contacto con las manos. Se propaga rápidamente porque el período de incubación es solamente de 24 a 36 horas y el virus es muy contagioso. Por lo tanto, es muy difícil prevenir la diseminación de la gripe.
El tratamiento de la influenza depende de tus síntomas principales y no es diferente del tratamiento de otras infecciones respiratorias víricas.
Congestión o nariz tapada: Las gotas o el aerosol nasal de solución salina (agua salada) pueden destapar la nariz más tapada. Usa la solución salina al menos 4 veces por día o cuando no puedas respirar por la nariz. Puedes comprar las gotas de solución salina para la nariz o el aerosol sin una receta.
La fiebre dura de 2 a 3 días, el goteo de la nariz o la congestión duran de 1 a 2 semanas y la tos de 2 a 3 semanas.
Todos los adolescentes pueden beneficiarse al recibir la vacuna contra la gripe. Aquellos con enfermedades crónicas (por ejemplo, asma) deben venir cada año para ponerse las vacunas anuales de refuerzo contra la influenza. Las adolescentes embarazadas también están en alto riesgo de tener complicaciones la gripe y se deben proteger con la vacuna. Cualquier persona que quiera reducir su riesgo de enfermarse con la gripe debería ponerse la vacuna contra la gripe. Se necesita una vacuna de la gripe cada año porque los virus de la gripe siguen cambiando. Habla con tu profesional médico o con tus padres sobre las vacunas contra la gripe.
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