Las pruebas de detección para recién nacidos son análisis de sangre que se les hace a los bebés pocos días después de nacer. Estas pruebas detectan trastornos que podrían causar lesiones serias y que solo se pueden encontrar por medio de análisis de sangre. Estos análisis son provistos por el departamento de salud de su Estado. Cada estado tiene reglas sobre qué análisis se deben hacer.
Las pruebas de detección para recién nacidos suelen ser precisas, pero no son perfectas. A veces muestran que el bebé tiene una cierta enfermedad cuando en realidad no la tiene. Todos los bebés que tienen un resultado de análisis positivo para una enfermedad se deberían volver a hacer el análisis. Es raro que un niño obtenga un resultado negativo en un análisis si tiene una enfermedad.
Todos los estados de EE. UU. realizan análisis para detectar estos tipos de enfermedades:
Si estas enfermedades raras se diagnostican temprano, algunas se pueden tratar en forma efectiva.
El profesional médico de su hijo hará un pequeño corte en el talón del bebé para obtener un poco de sangre para hacer la prueba. Los análisis para bebés sanos se hacen en general antes de irse del hospital, de 24 a 72 horas de nacer. Los análisis de bebés enfermos o prematuros se hacen a la semana de nacer, o más temprano aun si se sospecha que tienen una enfermedad prevenible.
Si el análisis sugiere que su hijo tiene una enfermedad, el departamento de salud se pondrá en contacto con usted y con el profesional médico de su bebé. Si los análisis no muestran la presencia de enfermedad, en general no se pondrán en contacto con usted. El profesional médico de su bebé en general tendrá una copia de los resultados de los análisis preventivos de recién nacido.
Algunos estados realizan una segunda serie de análisis de recién nacidos entre 1 y 2 semanas de edad. Esto es importante si el recién nacido deja el hospital tras menos de 24 horas desde su nacimiento. Las pruebas no son exactas si se hacen en menos de 24 horas después de nacido.
Los padres pueden negarse a hacerle un análisis preventivo a su recién nacido por motivos religiosos o personales. Los padres que se niegan a hacer un análisis tienen que firmar formularios de renuncia a responsabilidad.
Las pruebas de audición son también parte de las pruebas de detección para recién nacidos en la mayoría de estados. El recién nacido necesita estar tranquilo o dormido para esta prueba. La prueba mide las ondas cerebrales que se producen al hacer un sonido. Si la pérdida auditiva no se trata a tiempo, el habla, el lenguaje y el aprendizaje pueden verse afectados.
Puede que le hagan pruebas de enfermedad cardíaca a su bebé. Esto se hace con un sensor que se coloca sobre la piel del bebé para medir el nivel de oxígeno en su sangre.
Su profesional médico o el departamento de salud de su Estado le pueden proporcionar información adicional sobre los análisis preventivos para recién nacidos.