Puede bañar a su bebé todos los días, pero durante los primeros meses frecuentemente es suficiente que le dé un baño completo 2 o 3 veces por semana. Limpie la cara y las manos de su bebé con agua tibia siempre que se ensucien durante el día.
Mantenga el nivel de agua por debajo del ombligo o déle baños con esponja hasta algunos días después que se le haya caído el cordón umbilical. Si sumerge el cordón en agua puede infectarlo o interferir con el proceso de secado y caída. No importa si el cordón se moja un poquito.
Use agua del grifo sin jabón, o con un jabón que no seque, como Dove. No se olvide de lavarle la cara; si no, los productos químicos de la leche y los alimentos pueden acumularse y causar un sarpullido irritante. Enjuague también los párpados del bebé con agua.
No se olvide de limpiar el área de los genitales. No obstante, al lavar el área genital interna femenina (la vulva) no use nunca jabón. Enjuague el área con agua sola y limpie de adelante hacia atrás para prevenir la irritación. Esta práctica, junto con evitar darle baños de espuma antes de la pubertad, pueden prevenir muchas infecciones de las vías urinarias e irritaciones vaginales. Al finalizar el baño, enjuague bien al bebé; los residuos de jabón pueden ser irritantes.
Después de sacar un pañal mojado, simplemente enjuague el trasero del bebé con una toalla húmeda. Si los pañales tienen heces, enjuague el trasero del bebé bajo un chorro de agua tibia o en una tina de agua tibia. No puede limpiar las heces de la piel únicamente con toallitas húmedas. Quedarían millones de bacterias y causarían un sarpullido. Después de limpiarle el trasero, limpie el área genital de adelante hacia atrás con una toalla mojada. En los varones se pueden esconder heces abajo del escroto, así que enjuague esa parte con cuidado. Si tiene una niña, limpie cuidadosamente los pliegues de los labios vaginales.
Lávele la cabeza al bebé una o dos veces por semana con un champú especial sin lágrimas para bebés que no irrite los ojos. No se preocupe por posibles lesiones en la fontanela anterior (la región blanda de la cabeza). Está bien protegida.
La piel del recién nacido en general no requiere ungüentos ni cremas. Evite en especial la aplicación de aceites, ungüentos o sustancias grasosas sobre la piel del bebé, porque casi siempre bloquearán las pequeñas glándulas sudorosas y causarán granitos o un sarpullido. Si la piel se empieza a secar o agrietar, use loción para bebés, loción para manos o crema humectante dos veces por día. Aplíquelo a los 3 minutos del baño para mantener la piel húmeda.
El talco de almidón puede ayudarle a prevenir sarpullidos en las regiones donde hay fricción. No use talco común porque puede causar una pulmonía grave si se aspira en los pulmones.
Utilice lo que se denomina cura en seco del cordón umbilical (secado natural). Compruebe la piel alrededor de la base del cordón una vez al día. Limpie las secreciones secas. Utilice un hisopillo mojado o un paño húmedo. A continuación, séquelo con cuidado.
Deberá apartar la piel alrededor del cordón para llegar a esta área. También puede que deba doblar el cordón un poco para llegar debajo del mismo.
Precaución: no utilice alcohol medicinal ni otro germicida. Motivo: los cordones secos se desprenden antes. (Excepción: su profesional médico le indicó que usara alcohol.)
La exposición al aire permite que el cordón se seque y eventualmente se caiga, así que doble los pañales por debajo del área del cordón.
Corte las uñas de los pies derechas para evitar que se encarnen. Al cortar las uñas de las manos, redondee las esquinas de las uñas para que el bebé no se raspe ni raspe a los demás.
Córtele las uñas una vez por semana después del baño, porque las uñas quedan más blandas. Use cortauñas o tijeras especiales para bebés. Para esta tarea hacen falta en general dos personas, a menos que lo haga cuando el bebé esté dormido.