El tratamiento con hielo usa hielo para tratar el dolor o la hinchazón causados por una lesión. El hielo reduce la hinchazón al disminuir el torrente sanguíneo en el tejido lesionado. El hielo también puede ayudar a aliviar el dolor al reducir la actividad nerviosa y muscular, lo que relaja la rigidez de los músculos y reduce la irritación de los nervios.
El hielo debe usarse los primeros días después de haber sufrido una lesión o hasta que la hinchazón desaparezca.
El hielo también puede ser de utilidad después de actividades físicas que causan molestias por uso excesivo. Por ejemplo, puede tener dolor en las rodillas después de correr o en el codo después de jugar al golf o al tenis.
Aplique hielo sobre una lesión lo antes posible, pero no deje el hielo directamente sobre la piel. Utilice una bolsa de hielo, una bolsa de gel o una bolsa de verduras congeladas envuelta en un paño. Aplíquela sobre el área dolorida o lesionada cada 3 o 4 horas, durante un máximo de 20 minutos cada vez.
Para lesiones por uso excesivo, puede que su profesional médico le recomiende un masaje con hielo. Para ello, congele agua en un vaso de poliestireno o papel. Pele la parte superior del vaso para exponer el hielo. Sujete el vaso por abajo y frótese el hielo sobre el área dolorida durante 5 a 10 minutos. Repita varias veces al día mientras sienta dolor.
Si el hielo se aplica directamente sobre la piel y se deja ahí por mucho tiempo, la piel, los músculos, los nervios y otros tejidos pueden sufrir lesiones temporales o permanentes. Determinadas partes del cuerpo, como los codos, rodillas y pies, se lesionan con especial facilidad si se enfrían demasiado.
Pregunte a su profesional médico si puede usar hielo si tiene problemas nerviosos, vasculares o de piel.