Para darle inyecciones de insulina su hijo o hija usted deberá aprender:
Si usa una pluma prellenada, la insulina no se traslada de un envase a otro. La pluma tiene un émbolo dentro. Cuando usted escoge la dosis en su pluma, usted está ajustando cuánto se va a mover el émbolo. Esto ajusta la cantidad de insulina que recibe con cada dosis.
Si usa una jeringa, también necesita aprender:
Las jeringas para insulina vienen con agujas de diversos anchos y largos. Las jeringas de insulina tienen agujas estrechas, cortas que son fáciles de insertar.
La cantidad de insulina que puede contener una jeringa varía. La insulina se mide en unidades. Las jeringas tienen marcas a un lado que miden las unidades. Pregúntele a su farmacéutico o profesional médico si tiene preguntas acerca de agujas, jeringas, insulina, o la dosis.
Su profesional médico le indicará el tipo de insulina que va a necesitar, la dosis, y la frecuencia con la que deberá darle la inyección a su hijo. Asegúrese de que su hijo lleve por escrito el tipo y la dosis de insulina que usa.
La insulina se inyecta en la capa de grasa debajo de la piel. Las mejores áreas para inyectar la insulina son el vientre, la parte superior de los brazos, los muslos y las nalgas. Existen distintas áreas dónde puede dar la inyección. Cada vez debe cambiar el lugar donde da las inyecciones. Por ejemplo, puede haber 6 lugares diferentes en el muslo en los que puede poner la inyección. De esta forma, puede darle a su hijo una inyección en más de 50 puntos diferentes, antes de volver a usar el mismo lugar. Esto se llama rotación de las inyecciones. Rotar los lugares de las inyecciones ayuda a prevenir irritación e hinchazón.
Es importante aprender la técnica correcta para dar una inyección de insulina. Su profesional médico o educadora de salud le puede enseñar la manera correcta de inyectar insulina.
Lo ideal es almacenar la insulina en el refrigerador y calentarla a la temperatura del medio ambiente antes de usarla. Una forma de calentarla es sostener la jeringa llena entre las manos durante uno o dos minutos. Si calienta la insulina a temperatura del medio ambiente, es menos probable que arda o que cause puntos rojos en la piel.
Si la insulina se almacena a temperatura del medio ambiente por más de 28 días, puede que no sirva. La insulina se echará a perder si está a más de 85°F (29°C) o si se congela. Los frascos o las plumas de insulina no deben dejarse en un automóvil durante el verano o el invierno. Pregúntele a su farmacéutico cómo debe almacenar su insulina.
Controle cuidadosamente los niveles de azúcar en la sangre de su hijo cuando el frasco de insulina esté casi vacío. Si los niveles de azúcar en la sangre comienzan a estar inusualmente elevados o bajos, se debe tirar el último resto de insulina. También tire el frasco de insulina si:
Se recomienda usar las jeringas de plástico una sola vez. Si por alguna razón necesita volver a utilizar la jeringa, después de dar la inyección, jale y empuje el émbolo para deshacerse de la insulina que quedaba en la jeringa. Limpie la aguja con un hisopo humedecido con alcohol. Coloque la tapa en la aguja y guarde la jeringa y la aguja en el refrigerador hasta el próximo uso.
Las agujas de las jeringas que se usan varias veces pierden el filo a medida que las usa una y otra vez para atravesar el tapón goma del frasco de insulina. Una aguja desafilada puede causarle más daño a la piel y a los tejidos de su hijo. También existe el riesgo de infección si usted usa las jeringas más de una vez.