Tener diabetes significa que su hijo tiene demasiada azúcar (glucosa) en la sangre. El cuerpo transforma en azúcar parte de los alimentos que consume su hijo. La sangre transporta el azúcar a las células de su cuerpo. Su hijo necesita algo de azúcar en sus células para producir energía, pero demasiada azúcar en la sangre no es buena para la salud de su hijo.
La diabetes es el resultado de un problema con la forma en que el cuerpo de su hijo fabrica o usa la insulina. La insulina se produce en el páncreas, que es un órgano situado en la parte alta de su vientre. El cuerpo de su hijo usa la insulina para ayudar a transportar el azúcar desde la sangre a las células. Cuando el cuerpo de su hijo no tiene suficiente insulina o su hijo tiene dificultad para usar su propia insulina, el azúcar no puede llegar a las células y se acumula en su sangre.
Los ejercicios le ayudan a su hijo de muchas maneras:
El mejor ejercicio es el que divierte a su hijo. Es más fácil formar el hábito de hacer ejercicio si su hijo goza de la actividad. Si su hijo tiene problemas de la vista, consulte con el profesional médico de su hijo antes de que este comience una nueva actividad. El boxeo, trotar, o el levantamiento de pesas puede aumentar su riesgo de lesiones en los ojos.
Ejercicios de calentamiento y enfriamiento
Los músculos que entran en calor antes del ejercicio disponen de mayor flexibilidad y son menos propensos a sufrir lesiones. Caminar rápido, trotar lento o dar saltos en tijera son buenas maneras de calentar y preparar los músculos. Una vez que los músculos de su hijo hayan entrado en calor, este puede hacer estiramientos. Estirar los músculos después del ejercicio es más importante. Disminuye el riesgo de dolor o lesión. Cuando su hijo esté listo para detenerse, es bueno enfriarse progresivamente disminuyendo gradualmente su actividad.
Ejercicio aeróbico
El ejercicio aeróbico aumenta la respiración y la frecuencia cardíaca. Esto es importante porque ayuda a mantener el corazón y los pulmones de su hijo saludables. Algunos ejemplos son caminar, nadar, montar en bicicleta y bailar. Si su hijo tiene daño neurológico o problemas en los pies, le conviene evitar caminar largas distancias, usar la cinta sin fin o hacer ejercicios de escalones. En su lugar puede hacer actividades como montar en bicicleta o nadar.
Una meta saludable para los niños es hacer ejercicios por 60 minutos cada día, además de sus actividades regulares. Su hijo no necesita hacer 60 minutos de actividad física de una sola vez. Puede hacer períodos cortos, al menos 10 minutos cada vez. Su hijo debe tratar de alcanzar un nivel moderado de esfuerzo que le permita hablar mientras se mueve, pero sin que le falte el aire.
Fortalecimiento
El ejercicio para fortalecer los principales grupos musculares (piernas, espalda, pecho y brazos) se recomienda para la mayoría de las personas. Incluye levantar pesas, subir escaleras, cargar las bolsas de las compras, hacer sentadillas o lagartijas y hacer ejercicio con bandas elásticas grandes. El entrenamiento de fuerza le puede ayudar a su hijo a controlar su nivel de azúcar en la sangre. La masa muscular quema más calorías que la grasa, entonces, a medida que su masa muscular aumenta, mayor es su capacidad de quemar calorías. Una meta saludable es hacer ejercicios de fortalecimiento 2 días por semana (descanse lo menos 1 día de por medio). Sin embargo, este tipo de ejercicio puede ser perjudicial si su hijo tiene determinadas condiciones médicas, como la presión arterial alta. Siempre consulte a su profesional médico sobre cuál es el mejor programa de ejercicios para su hijo.
Flexibilidad
Los ejercicios de flexibilidad pueden ayudar a su hijo a moverse con mayor facilidad y mantener mejor postura. Ser flexible hace que sea más fácil realizar muchas actividades y también disminuye el riesgo de sufrir lesiones. Algunos ejemplos son estiramientos, yoga o Tai Chi.
Intente ser un buen ejemplo haciendo ejercicio físico regularmente usted mismo. Ayuda si puede divertirse con su hijo en la actividad.
Si su hijo tiene diabetes tipo 1, debería evitar la actividad física vigorosa cuando su prueba de cetonas en la orina o la sangre da positiva. Si su nivel de cetonas en la orina es alto o moderado, el ejercicio puede aumentar las cetonas aún más. Si su hijo no se siente bien o su nivel de azúcar en la se está manteniendo mayor de lo que recomienda su profesional médico, mídale las cetonas en la orina antes de hacer ejercicio. En general, su hijo podrá seguir haciendo ejercicio si su nivel de azúcar en la sangre es alto, siempre que se sienta bien y no tenga cetonas en su sangre u orina.
Evite el ejercicio cuando hace mucho calor o mucho frío. Pregúntele al profesional médico de su hijo si debería evitar los ejercicios en otros momentos-- por ejemplo cuando se siente enfermo o tiene fiebre.
Si su hijo está usando insulina u otros medicamentos para la diabetes que pueden bajar el nivel de azúcar en la sangre, usted debe tener cuidado que su nivel de azúcar en la sangre no caiga demasiado cuando su hijo hace ejercicio. Puede evitar problemas anotando con cuidado lo que ocurre mientras hace ejercicios, y sabiendo:
Mida su nivel de azúcar en la sangre antes, durante y después de hacer ejercicio.
Esto es especialmente importante si su hijo ha sido diagnosticado con la diabetes, está comenzando o cambiando su programa de ejercicios, o si tiene un cambio en sus medicamentos. Debe mantener un buen registro de los ejercicios de su hijo y de los resultados de sus análisis de sangre. Si su hijo hace el mismo ejercicio a la misma hora del día y con su dosis habitual de insulina y nivel similar de azúcar en la sangre, usted sabrá cuál es el efecto del ejercicio sobre el nivel de azúcar en la sangre de su hijo. Aprenderá a dosificar la insulina y los refrigerios para evitar que el nivel de azúcar en la sangre sea demasiado bajo. Anote en un cuaderno:
Mida el nivel de azúcar en la sangre cada pocas horas hasta la hora de irse a dormir. El nivel de azúcar en la sangre de su hijo puede ser más bajo que lo normal por varias horas. La hipoglucemia demorada es cuando el nivel de azúcar en la sangre de su hijo baja después de varias horas de haber terminado sus ejercicios. Puede ocurrir de 3 a 12 horas después de haber terminado con el ejercicio. Esto puede causar una reacción a la insulina en el medio de la noche. No se sabe por qué ocurre esto en algunos niños que usan la insulina para ayudar a controlar su nivel de azúcar en la sangre.
Coma antes y durante el ejercicio.
Si su hijo va a ejercitarse alrededor de la hora de la comida, es mejor que coma antes de empezar el ejercicio. Es mejor hacer ejercicio 30 a 60 minutos después de una comida o refrigerio.
Tenga refrigerios a mano mientras hace ejercicios.
Si su hijo hace ejercicios a menos de una hora después de la comida, es posible que no necesite ningún refrigerio adicional. Si su hijo no está en buen estado físico, el nivel de azúcar en la sangre podría caer más rápidamente que si estuviera en buena forma. Si el nivel de azúcar en la sangre está bajo, su hijo necesita un refrigerio más grande que cuándo su nivel de azúcar en la sangre es más alto. El tipo de refrigerio puede depender de la duración de la actividad.
También es importante llevar agua adicional, especialmente cuando hace calor. Una regla general es beber 8 onzas (237 ml) de líquido por cada 30 minutos de actividad intensa. Los líquidos como la leche, las bebidas deportivas y los jugos de frutas ayudan a reemplazar el agua, sales y carbohidratos.
Es posible que tenga cambiar la dosis de insulina o donde se la inyecta.
Antes de que su hijo realice una actividad nueva, hable con su profesional médico sobre cualquier cambio que pueda ser necesario en las dosis de insulina de su hijo. Cuando la insulina está funcionando al nivel máximo, o sea cuando el nivel de azúcar en la sangre está al nivel más bajo, su hijo debería evitar hacer ejercicios. Su profesional médico le puede decir cuándo la insulina de su hijo está funcionando al máximo. Consulte con el profesional médico de su hijo para ajustar la dosis de insulina a las necesidades de su hijo y al horario de ejercicios que va a realizar.
La actividad de su hijo y el sitio donde se inyecta la insulina pueden afectar la velocidad a la que su hijo absorbe la insulina. Los ejercicios físicos aumentan el riego de sangre en la parte del cuerpo que se está moviendo. El aumento en el riego de sangre hace que la insulina se absorba más rápidamente.
Asegúrese de que los demás estén al tanto de esto.
Su hijo debe usar un brazalete o collar de alerta médica. Si su hijo juega en un equipo, es importante que sus compañeros y el entrenador sepan que es diabético. Asegúrese de que el entrenador y los compañeros sepan dónde guarda los refrigerios. Cuando su hijo tiene un nivel bajo de azúcar durante un evento deportivo, este tiene que descansar por lo menos 10 minutos después de comer algo dulce para permitir que el nivel de azúcar en la sangre se eleve.
La temperatura puede suponer una diferencia.