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PUNTOS CLAVE
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La cirugía del labio leporino y paladar hendido se realiza para cerrar una abertura en el labio superior o en el cielo de la boca, que se llama el paladar. La abertura es un defecto de nacimiento que puede ocurrir cuando el labio o la boca del bebé no se forman correctamente.
Los niños con un labio leporino o paladar hendido frecuentemente tienen problemas para respirar, alimentarse y hablar. También pueden tener más infecciones de oído, pérdida de audición y problemas con sus dientes. La cirugía puede ayudar a tratar o prevenir estos problemas, además de mejorar la apariencia de su bebé.
La cirugía para cerrar la abertura de un labio leporino se suele realizar cuando un bebé tiene 2 a 3 meses de edad. A veces se necesita una segunda cirugía más adelante para asegurarse de que ambos lados de la boca y nariz emparejan.
La cirugía para el paladar hendido generalmente se realiza cuando el bebé tiene entre 9 a 18 meses de edad. Cerrar la abertura del cielo de la boca generalmente le ayuda al niño a comer y hablar con más normalidad.
La cirugía se realiza en el hospital.
Su hijo recibirá un anestésico general para prevenir el dolor durante el procedimiento. La anestesia general relaja los músculos y pone a su hijo en un sueño profundo.
Para reparar un labio leporino, el profesional médico de su hijo hará un corte (incisión) a cada lado la abertura en el labio. El corte se extenderá desde la boca hasta los orificios nasales. A continuación su profesional médico tirará del músculo y la piel del labio, uniéndolos para cerrar la separación. Si la abertura afecta tanto la nariz como el labio, la nariz se puede reparar al mismo tiempo o durante una cirugía más adelante.
Para reparar un paladar hendido, el profesional médico de su hijo hará un corte (incisión) a cada lado de la abertura en el cielo de la boca. Su profesional médico moverá tejido de cada lado de la abertura hacia el centro del cielo de la boca para cerrar la separación.
Puede que su hijo necesite un pequeño tubo de plástico en cada tímpano para ayudar a prevenir infecciones de oído. Este procedimiento se puede realizar al mismo tiempo que la reparación del labio leporino o más adelante.
Su hijo se quedará en el hospital por 2 a 3 días o más, según su condición.
Por uno o dos días su hijo sentirá algo de dolor. Su hijo tendrá una vía intravenosa por uno o dos días ya que no podrá comer o beber como de costumbre. Puede ser que el profesional médico de su hijo le recete antibióticos para prevenir una infección y le recomendará un medicamento para el dolor para que usted pueda dárselo a su hijo en el hogar.
El profesional médico de su hijo le indicará la mejor manera de alimentar a su hijo durante las primeras semanas después de la cirugía. Durante la primera semana, puede que su hijo solo pueda recibir una dieta líquida. Es posible que su hijo tenga dolor leve y la nariz tapada y no pueda comer como de costumbre. Puede ser útil alimentar a su hijo en pequeñas cantidades con frecuencia. Asegúrese de darle a su hijo bastante líquido. Pregúntele al profesional médico de su hijo cómo le puede tratar la congestión nasal.
Siga las instrucciones de su profesional médico para cuidado de la herida. Es normal tener hinchazón, hematomas o moretones y sangre alrededor de los puntos. Después de la cirugía para el paladar hendido, es posible que drene fluido sangriento de la nariz y la boca. Esto debería disminuir después del primer día. La hinchazón debería desaparece en una semana.
Los niños con el paladar hendido están más propensos a sufrir infecciones de oído. Su hijo puede necesitar un pequeño tubo de plástico en cada tímpano. Este procedimiento se puede realizar al mismo tiempo que la reparación del labio leporino o más adelante. Una vez colocados los tubos auditivos, evite que entre agua en los oídos. Proteja los oídos de su hijo durante el baño, el lavado de cabello y durante la natación. Se pueden usar bolas de algodón cubiertas de vaselina, masilla de silicona para el oído, o moldes especiales para la parte externa de las orejas para mantener los oídos secos.
Es normal que la cicatriz quirúrgica parezca hacerse más grande y roja por unas pocas semanas después de la cirugía. La cicatriz ira desapareciendo con el tiempo. La cicatriz nunca se quitará por completo, aunque generalmente casi se nota.
Siga las indicaciones del profesional médico de su hijo. Pregúntele a su profesional médico:
Asegúrese de saber cuándo debe regresar su hijo a revisión. No deje de acudir a todas sus citas con su profesional médico o para realizar pruebas.
Todo procedimiento o tratamiento tiene riesgos. Algunos posibles riesgos de este procedimiento incluyen:
Pregúntele a su profesional médico que riesgos pueden haber en el caso de su hijo. Asegúrese de hacer cualquier otra pregunta o hablar sobre otras inquietudes que pueda tener.